martes, 25 de agosto de 2009

Diana

Los nubarrones lo envuelven todo. Inmóviles encapotan el cielo y nublan la mente, el corazón y todos los sentidos. La antesala del hastío. Una trampa mortal.

Ella se erige en mitad de esas oscuras formas que recuerdan al algodones sucios, alza su mirada al horizonte y enfrenta con fuerza y valentía lo que está por venir.

Ella más que una estatua, más que una escultura, inequívocamente es un símbolo.