sábado, 2 de agosto de 2008

Alguien especial

Por la vida, se va conociendo a gente que, a lo largo del tiempo se convierten en amigos a los que nos unen vínculos casi imposibles de romper. Eso es lo habitual, y lo extraordinario al mismo tiempo. Pero a veces, de manera excepcional, por el camino uno encuentra gente que tiene algo que te atrapa desde el primer momento, que tiene un brillo que los hace distintos y que, sin proponérselo, encuentran un hueco en tu corazón con una rapidez inesperada.

Un día, en este viaje que es la vida, apareció un compañero de esos que tienen ese halo especial. Un compañero de viaje al que durante este trayecto sólo miré de perfil y con el que casi siempre hablaba a través del papel. Ese compañero fue en ese tiempo mi ángel de la guarda particular. Un ángel de la guarda al que sólo veía unas horas, pero que gracias a él fueron mucho más fáciles y llevaderas.

Entonces, cuando estaba cansada o a punto de desfallecer o simplemente necesitaba pararme a coger fuerzas, sentía que su brazo estaba siempre dispuesto para evitar mi caída. Sentía ese apoyo incondicional, al que sin embargo, siempre trataba de buscar algún reparo porque mi torpeza no me dejaba ver que, a veces, las cosas son más fáciles y esa gente especial también te elige a ti. Él no está aquí en Bolivia y, sin embargo, siento que su brazo está siempre a mi lado cada vez que necesito apoyarme, lo siento cerca de mí.

Me gusta que de vez en cuando abra su gran corazón y deje que los demás nos asomemos para ver lo que tiene dentro. Eso ocurre muy de cuando en cuando, pero cuando me concede este privilegio a través de sus palabras, me doy cuenta de que estuve equivocada durante mucho tiempo. Quizá fue la torpeza que su cercanía me provocaba al principio la que no me permitía ver que él también se da, a su manera, sin prisas y sin dobleces, y que él también necesita sentir que los demás están ahí.

Cuando era pequeña mi padre colgó en la puerta de mi cuarto los versos de “If”de Rudyard Kipling porque quería que aprendiese que lo que ahí se decía era una de las mayores verdades que se pueden leer y que llenan esta vida de sentido. Siempre pensé que el último verso hablaba con una contundencia sin igual: “serás hombre, hijo mío”. Ser hombre no es fácil. En este sentido, creo que llamar hombre a este compañero de viaje sería la manera más acertada de describirle.

Esta persona es para mí alguien especial por su sencillez y su seguridad, por su extrema sensibilidad y por la calidez que tan desinteresadamente me regala. Lo es para mí y lo es para mucha otra gente porque los seres especiales lo son simplemente y que te hagan un huequito en su vida es todo un regalo.

La próxima vez que nos veamos será bajo un cielo distinto. Cuenta conmigo para unos bailes, unos cantes o una charla sobre lo mucho que han cambiado las estrellas de ese firmamento familiar que ya no podremos mirar con los ojos de siempre.

Mientras tanto, disfruta de la paz del mar, disfruta de la calma que proporciona contemplarlo a solas. Gracias por compartirlo hoy conmigo a través de unas líneas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

I used to rule the world
Seas would rise when I gave the word
Now in the morning I sleep alone
Sweep the streets I used to own

I used to roll the dice
Feel the fear in my enemies eyes
Listen as the crowd would sing:
"Now the old king is dead! Long live the king!"

One minute I held the key
Next the walls were closed on me
And I discovered that my castles stand
Upon pillars of salt, and pillars of sand

I hear Jerusalem bells are ringing
Roman Cavalry choirs are singing
Be my mirror my sword and shield
My missionaries in a foreign field
For some reason I can not explain
Once you know there was never, never an honest word
That was when I ruled the world

It was the wicked and wild wind
Blew down the doors to let me in.
Shattered windows and the sound of drums
People could not believe what I'd become
Revolutionaries Wait
For my head on a silver plate
Just a puppet on a lonely string
Oh who would ever want to be king?

I hear Jerusalem bells are ringing
Roman Cavalry choirs are singing
Be my mirror my sword and shield
My missionaries in a foreign field
For some reason I can not explain
I know Saint Peter won't call my name
Never an honest word
And that was when I ruled the world

Hear Jerusalem bells are ringings
Roman Cavalry choirs are singing
Be my mirror my sword and shield
My missionaries in a foreign field
For some reason I can not explain
I know Saint Peter will call my name

Never an honest word
But that was when I ruled the world

amaranta dijo...

Maravilloso, niña!