lunes, 3 de diciembre de 2007

Las historias de amor siempre surgen con quién y donde menos te lo esperas.
Yo estoy viviendo una con esta ciudad. No sé lo que tiene pero realmente disfruto pasear al atardecer escuchando los ruidos de las calles, viendo encenderse poco a poco las luces que inundan su horizonte. Me encanta contemplarla desde las alturas.
Alguien me dijo que estaba enamorado de esta ciudad y yo no supe entenderlo entonces.
Ahora, casi dos meses después de mi llegada, siento algo especial cada vez que abro los ojos por la mañana y veo que estoy aquí. No es un lugar especialmente bonito, ni cómodo, ni seguro. Y sin embargo, tiene algo que engancha.
Tengo claro que no me quiero quedar aquí para siempre. Pero con la incertidumbre de los últimos acontecimientos sólo pienso en que no me gustaría nada tener que irme antes de lo previsto de este sitio que, para mí tiene tanta magia y en el que he encontrado tanta estabilidad.

2 comentarios:

amaranta dijo...

Niña, disfrútalo todo lo que puedas, déjate conquistar, y conquista tú también a La Paz.
¡Qué envidia!

Anónimo dijo...

Qué bonito lo que dices, Merche. Y qué bonita esa foto que, como creo que te dije vía Flickr, me parece un tanto wongkarwaiesa. ;-)

Un beso!